20 de agosto de 2008

Impresiones del Robo

El frío propio que me hizo descubrir la chispa ultrajada, el escudo roto.
Tus pedazos desaparecidos y perdidos en la inmensidad del mundo y tiempo que me trajo aquí justo ahora, para perderte o guardarte aun más profundo.
Mi historia en manos sin nombre ni rostro... desperdicio.
Estoy despedazada, esparcida en ojos y mentes con motivos deshonestos.

6 de agosto de 2008

El Cero desde donde empiezo

Creación y Víctima...
Como el tigre se acecha y observa el proyecto desde lejos y ataca
Yo, mientras, intento reconocer... aprender este olor nuevo a hoja en blanco, vida vacía.
El pasado ha sido despojado de su evidencia.
La sangre tinta ha sido arrancada de mi cuerpo y de mi vida, como la piel herida que cae para morir, dejando solamente cicatrices; esta vez, de las invisibles.

Voy a quemar mi lengua con bebidas calientes. Voy a dormirla, a dejarla lisa.
Voy a dejar de hablar para gritar de verdad, de otra forma, como sé hacerlo y a veces hago.

Tengo que llenar este espacio vacío.
Este hueco que dejó tu huella desaparecida.

Hay que encontrar la otra historia, la nueva imagen y vida.
Voy a matar al marinero con mi cigarro para talvez escribir su historia, quizá tan lejana a la mía.

¿Dónde estoy?
En el limbo sin ti... envuelta en ausencia de idea que algún día toqué.
Rompí el sueño a fuerza de abrazarlo. Perdí la mirada con exceso de anhelo.
Y aun no dejo ir los golpes de pasión hecha letra que salieron de mí en las noches más alcoholicas, las más humedas, las más lejanas.

Noches que no eran mías y así lo quise y lo quería.
Noches que no son, que se han perdido en la orilla del tiempo que un no aprendo a tragar.
Tiempo que me acecha y persigue, que me acompaña y me arropa.
Tiempo que soy a veces y así me deslizo por las grietas... quizá las tuyas...

Voy a sentir otra vez las venas de la tierra en mi espalda. Sus temblores escondidos, sus latidos secretos.
Voy a tomar los hilos de humo en mis manos y me moveré a mi misma.

Estoy lejos del cuentacuentos, del duende.
Lejos de la ciudad del perfil contradictorio y las pasiones que observó bajo su noche.
Lejos del otoño y las ardillas, de las historias más conocidas que jamás sucedieron.
Olor a metro y magia.
A hombre sin aroma... tan sólo la del viento.

Tengo que olvidar el miedo a no volver a beberte por los ojos.
Dejaré de abrir ventanas imposibles... Talvez
Hay que recordar como se llora lo perdido, lo robado, lo inmerecido.
Hay que asumir los nudos de gargantas y manos.

*-*-*-*

Aprendí a vivir un engaño construido al cobijo de una ciudad demasiado grande.
Manos anónimas entrelazadas bajo los árboles testigo.
Delirios de azotea y elevadores art-decó.
Viejos juegos de espera y encuentro, de claves secretas.

Sin derecho sigo arrastrándote y cargándote.
Sin muestras de vida, te hablo.
Silencio...
Vacío...
Mi adicción a los puntos suspensivos...

Mis manos nunca estuvieron más vacías que cuando sostenían las tuyas.
Agridulce imposible.

Historia escrita con nombres de helado de parque sabatino. Parque de infancia, alfombra de sombreros de duende... inocente necedad de la locura.
¿Donde cabe tanta magia? ¿Donde se escondió? Ya no la encuentro.
Meñique imprudente que se permitió guardar un recuerdo.
Recuerdo que ahora arde y pesa.

Creo que otra vez soy corazón coraza.

Quiero volver a jugarme la vida con un beso. A tentar al destino que miro a los ojos. Perder la cabeza en los sueños más imposibles, los viajes más oscuros y coloridos.
Quiero volar otra vez a mundos blanco y negro, a escuchar una voz tras voces ajenas.
Aprender todo y perderlo mientras cae una hoja del otoño anhelado.
Algún día nadaré en agua roja de atardecer lento.

¿De qué color despertó el mundo cuando abriste los ojos?
¿Cuando decidiste amarrarte al suelo y dejar de mirarme?