19 de abril de 2016


El reflejo era oscuro, apenas iluminado, pero tan clara la mirada: no necesitó más.
No ha desnudez mayor que la de una lágrima en el espejo.
Era dicha y peso al tiempo: Aquí estoy, aun respiro. Aun soy fuerte: vivo.
Arranca, empieza. Vuélvete verbo, deja el miedo, rompe el cuento.

Deja que la idea ilumine cualquier camino con corazón hasta donde quiera. Cada gota vital con sentido: llorada, derramada, escrita hasta escupida.

No mas odio. No más espera. Florea porque tu verano ha llegado y queremos otra cosecha de estío.