26 de agosto de 2009


Las yemas de sus dedos sobre dibujos de otra piel... otros pliegues, otras sombras.
No borres los zurcos llenos de historias, no cierres los oídos a los ecos.
Celebra el origen del antifaz, las cicatrices que resaltan las sonrisas.
Papilas gustativas reconociendo otros sabores incluso viejos, incluso ácidos...
Otros ojos han vuelto a buscar tu silueta y sonríen incluso con anhelo.
Otras manos dejan palabras evidencia, gritan para traer luz a los rincones donde tejieron telarañas.

Ahí sigue un susurro que el viento trajo hasta mis ojos...
sus dedos sobre otra piel, su boca sobre otra boca, su aliento sobre otro oído...
Su alma junto a la mía.

25 de agosto de 2009

Colgada

He construido una teoría para este dolor de brazos y extremidades mentales.
Conjugando información de cómics, novelas y consejos de abuelas...
Me he colgado de demasiadas nubes, demasiados recuerdos.
Sigo colgada de alguna que otra ilusión más firme.

A veces me duelen los hombros y los ojos con imágenes de ausencia.
Otras me enredo entre estos largos largos dedos que se anudan sobre un par de gorros de duende bajo los árboles de algún parque.

Colgada de nubes moldeo esto... que también sirve muy bien para abrazar.

17 de agosto de 2009

Hay que saber callar tanto como hay que saber decir.
Saber darse tiempo como disfrutar el perderlo a gusto.
Entender lo que vive mejor tras las persianas o en el fondo de los cajones.
Pero existe y vive... y ahí está esperando el desempolve momentáneo, el vistazo sin miedo a lo que realmente se es.

Cada quien con sus rincones oscuros... innombrables nombres, irreconocibles rostros.
Se va el tiempo y no quedan huellas... el olvido lo borra todo.

Hay que saber decir... hay que encontrar donde.