25 de septiembre de 2009

Visiones

Veo sus rincones, la sombra de sus arrugas en distancia tan poco palpable porque está aquí enfrente. Esta imagen una vez mas virtual, plana, fría... Casi quisiera tocarlas, estirarlas...
Medirme con perspectiva de derrota frente a esos francos ojos.
Aun se me cierra la garganta al leer su nombre... esa firma de mis pasos juventud.

Blanco papel, blanca pantalla... espacios vacíos aún que no se como llenar ni se porque he olvidado este fluir nadar volar.
Olvidado no... arrugado irónico. Óxido cáncer...
Remediable etapa sin duda.

Solo tiempo y mente. Maestro me haces falta aunque nunca estuviste así, de frente. Y sí tantas veces siendo voz de mi memoria, de mi alma tan anónima y estruendosa.

Hoy hay mucho silencio... la tormenta siempre llega.

14 de septiembre de 2009

Decircallar

A veces no se decir nada.
Otras tengo demasiado que decir. Sufro de un mal interrumpidor que ataca cuando menos lo espero. Pero también se escuchar.
Quiero gritar y sacar un poco de esta maraña... Ponerla al sol a que se seque, se deshidrate se haga polvo y vuele.
Que se cuele en alguna fosa nasal, o se pegue en una ventana afortunada.
No se decir, no se ser... pero soy y digo a tropezones.
Miro y veo cuando soy y no soy... cuando me escondo y me extraño.
Porque me extraño... y a mi locura en soledad.
La suela nostalgia que me acompaña a cada paso por las historias que aun no salen de mis dedos ni sorprenden a mis ojos.
Esta vena de árbol agrietada echa de menos el suicidio de otoño... las hojas cayendo como lágrimas de horizontes internos... profundos... en silencio.
Supongo que es sólo que a veces me duele callar.

9 de septiembre de 2009

Ludere suo corio

A falta de arenero y parque propio, has elegido jugar cuando y donde se pueda.
Jugarse la piel, el cuero, el poro.
Reír con aliento, gemido, susurro.
Arrancas con tus uñas disparejas aserrines crispados que dejan su hormigueo.
Te pido que me marques, que hundas tus dientes en mis hombros, que dejes huellas visibles.
Pierdo extremidades no existe más que lo que tocas, sobre lo que exhalas, lo que miras.
Juego también con esta cubierta traicionera que me pone a tu merced cuando recorres los caminos adecuados... haces zurcos de deseo.
Me envuelves y revuelves.
Ludere suo corio...
En este andar horizontal busco tus ojos... para jugarme la piel de adentro.