27 de octubre de 2014

Me asomé a la vitrina para verte otra vez. Ahí estabas: guardado y sonriente. Sin olores rebuscados y casi sin palabras. 
La hoja vieja me dijo que quería estar contigo. En honor a su caída te la di, volador.
Me saludan sus hermanas de vez en cuando.

16 de octubre de 2014

Nebulas

Se pusieron disfraz de lago cósmico tus ojos.
Pensé que sería divertido nadar un rato.
Me he enredado en los garigoles coloridos de tu/mis nebulosas.
Se me empieza a antojar un ahogo y atraganto.
Deja de mirar a otro lado.
Vuelve a hacer olas de infinito pasajero en mi piel.
Abraza el resplandor de micropársec que apenas destella en nuestra casual noche coincidente.

Una ciudad-pueblo de retazos encontrados con costuras malhechas.
Modernidad-austeridad.
Recobecos sin sentido y parches de colores.
Dulce de Leche en calles amargas, sin chispa...
Aún así te saludo, Celaya, y digo gracias por ser madre de tal hijo luz, aroma de hoja caída, sueño de galaxia lejana, reflejo de turquesa costa, tan ajena a ti.
Ciudad-pueblo, tan su esencia, tan sus ojos de todo que alguna vez me hicieron existir y explotar porque me miraron.