Porque cómo no iba a quedarse, si aquella era su pequeña (...). Eh dime.
Cómo no iba a quedarse todas las veces que le hicieran falta,
con lo que la quería el.
Todas las veces terminan por acabarse. Las gotas del fregadero no son infinitas, ni las arenas en un extremo del reloj. Y se fueron volando por la ventana esos momentos de locura tierna, de encanto-entrega. Algunas ganas y besos se escurrieron bajo las puertas.
No todas las veces, no todas... A veces incluso bien pocas. Del siempre a la excepción y de la excepción al casi nunca hay brincos pequeños, mínimos y que se salvan sin esfuerzo.
Se preguntó alguna vez si pasa igual, si pasa lo mismo. Si ella también fallaba o dejaba pasar. Intentó leerlo en las ventanas como antes pero hacía tiempo que por práctica ya no la dejaban mirar. Tal vez si de nuevo pudiera hablar, hablar de fondo, hablar en dos se sorprendería cantando. Quizás una pausa en la fuerza, un momento de flaqueza de esos que no sabe ya decir y que le parecen tan tontos pudiera rellenar las grietas. ¿Sería posible acaso?
La esperanza de la sorpresa no muere... y así la sentencia a la tristeza sigue perpetua. No es Paulette aunque las galletas también sean le parezcan o mejor del mundo. Tampoco se hace ovillo en una cama y hace tiempo que lo niña se le escapa.
Ella pensó: ¿Cómo no iba a quedarse?¿Cómo no iba a llegar? No llegó ni se quedó tampoco.
Ya no sabe parar de caer en el intento de recordar como volar.
¿Quién es Paullette?: http://daracatscully.blogspot.com/2010/12/solia-pescar-resfriados-adrede-para-que.html
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