28 de noviembre de 2007

Viaja deslizándose sobre los suspiros sinceros, con su gran lupa apuntando siempre al piso; su vista encadenada a los pequeños fragmentos sobre el suelo.
No deja su misión y busca entre las grietas más pequeñas y casi invisibles esos pedacitos de ilusión aprendida. Con sus brazos elásticos recoge su pedazo de tesoro.
Vaga por el mundo, único en su clase y tipo, el más joven.
Nacido en el reflejo en una ventanda de una lágrima que tímida volvió a esconderse, a clavarse para siempre tras aquel iris.
Gota de deseo eterno, locura imposible.
Luz de luna y de metrópoli que lo engendraron un día en la ciudad gris. Saltó de pronto dejando atrás esa mezcla que tenía por madre y comenzó la búsqueda.
Algún día la gente dejará de pedir deseos y entonces talvez termine su tarea.
Sigue ahí entre los rincones y el polvo, recolectando todas la pestañas con deseo, guardándolas entre los silencios de secreto, para que un día, juntándolas todas, pueda quizá cumplirse el deseo imposible de la niña de colores, en la ventana de la ciudad gris.
Su única preocupación, que no sea tarde...

1 comentario:

TuliPaN dijo...

Yo quiero pedir un deseo!!