8 de enero de 2009

No enciendas la luz tan rápido.
Las sombras escurridas saben deslizarse y ocultarse latentes bajo muebles y jarrones.
Pasan las hojas de los libros olvidados y aguantan la temperatura creciente.
Se guardan cautelosas y calculadoras, duermen y sueñan.
Recuerdan su vida sin dueños, alguna vez con luz. Los nados de océanos adorados donde el sol no llega y aun sientes la vida. Anhelan el haz de la cueva, el eco del cenote, la tenue alba que susurra... despierta y sacude el azul, el peso.
Algunos pedazos, los más pesados... tienen alma de nube que volaba sobre cabezas. Promesas, visiones. Esas caen con estruendo que incluso ignoramos.
Se resisten a morir... muchas con argumento y motivo. Huyen se esconden y aguardan quizás a la melancolía recurrente de un vagabundo, un ermitaño que las encuentre y las haga cantar otra vez.
Duermen duermen sombras demonio y sombras ángel...
Sombras vida, sombras muerte, sombras peso, sombras vuelo...
No prendas la luz sin aviso, se enfurecen si las deshojas con sorpresa y crece su masa, pierden espacio...
Cierra los ojos, camina descalzo... siente su latir soñar susurrar.
Aprende sus tristezas su abandono su esperanza...
¿Crees qeu alguna deba morir?
A veces hay que elegir...
Se abrazan a mis tobillos... y me impiden volar...

1 comentario:

Pionero dijo...

al escuchar las sombras, bajo un arode raiz, es trozar todo aquello que nos impide volar, las tijeras magicas posedoras de sueños rotos, de sueños realizados, tijeras que cortan y reinventan, tijeras que te dan un reves de tus ideales, tijeras que todo mundo tiene, solo utiliza tu magia sofia, y tanya precisa la busqueda de las mismas, mismas que hallaras en la realidad, mismas que estan ahi... dime si no lo se...dime si no cortan cuando se entrelazan con las mias...liberan...