31 de marzo de 2011

Demasiados pedazos de pasado regados entre solo cuatro paredes. Mucho desorden y fantasmas escondidos tras los libros, rincones. Sorpresas de todo tipo debajo de la cama, tejiendo telarañas de otros tiempos, obras pendientes al descubrimiento fortuito para exponerse en improvisación.

Mucho polvo, muchas huellas... Muchos mensajes adolescentes, jóvenes y niños que corren y se ríen de un presente que se siente gris al intentar explotar en colores.

Ha llegado el tiempo de descolgar los cuadros, dejar las marcas en el piso. Agrandar las bolsas de basura y elegir los habitantes de las cajas. Es todo un arte armar un ático con los arrumbados adecuados.

No es negación de las piezas del camino, los adoquines pegados a los zapatos, los zurcos de las lágrimas tercas. No es olvido ni omisión. Simplemente es tiempo.

2 comentarios:

R. dijo...

Evidencia de cambio, dejar atrás y vivir el hoy! Las huellas se seguirán dejando a lo largo de tu historia, pero no son más que eso, fósiles y evidencia de que has dado vueltas por todos lados, sin quedarte inerte! Felicidades por buscar evolucionar en todos los sentidos! Te quiero.

Pionero dijo...

El amor, rodeado casi siempre por un antojo de olvido, avanza resuelto hacia las trampas
creadas para cazar osos con piel de leopardo y serpientes con plumaje de cóndor. Y el amor sobrevive a las heridas y ruge,
voladora, la envidia de los venenosos e incautos de nuestro verbo.