2 de septiembre de 2011

Esa voz no era la tuya, pero contaba nuestro fragmento. Esas palabras no eran nuestras, no las habíamos inventado ni en las noches de niñez, de correr descalzos en el parque, de bailar sin miedo en las fuentes.

Ese acento no es el tuyo, ni ese poeta tendrá tus ojos. Esa mañana de portales y silencios... eso sí que fue nuestro y lo es aun. Desconocidos y amigos, magos irresponsables.

Esa voz no era la tuya, sigue sin serlo. Ese verso es mío, me lo diste sin que fuera tuyo. Y hoy al escucharlo sigo sonriendo.

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