Otras veces no: de la epidermis brota hasta selva tropical.
Hoy cada arruga es fértil y los frutos se desbordan en tus ojos, en tus yemas versus cualquier punto, en el riego de los alientos.
Pupilas que cosechan alaridos.
Papilas que saben arar.
Uñas que saben preparar terrenos, ¡qué más da la estridencia si sabe ser simiente!.
¡Cuántos campos quisieran que los llamara milpa!.
Pero no.
Toma este pedazo agrario y hazlo tu propiedad otra vez
y otra vez
y
otra vez.
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