Ardores de ojos y poros.
Las pupilas ceden.
La piel sabe más y grita
que la han dejado sola.
Cierra esos ataúdes:
no hay llorantes.
Viento frío que es también daga.
Llévate los cuerpos:
ya no sirven
ni sudan.
Esos poros están muertos.
27 de mayo de 2016
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