25 de febrero de 2014

Ironía.
Porque llegaste sin aspiraciones te hiciste merecedor.
Con demasiado equipaje he dejado que hagas escala hoy en mi casa; te he declarado dueño por un rato de mi cuerpo.
No es mi tarea borrar las nubes tormentosas de tus ojos aunque a vece quisiera.
Como quiero, como deseo, como anhelo incluso sin permiso ni derecho.

¡¡Qué locura la adicción a esas mareas de sudores!!
Noches que podrían decir que robé pero que ya eran mías.

'Todo mío', exclamaste en un desliz de distracción y desde antes así quiero dejar de verte.
Porque no lo eres ni lo serás aunque en nuestros vaivenes así lo hagamos evidente.
Tu y tu sed.
Yo que me haces agua.
Llegaste a voluntad a habitarme y yo se aún decir gracias.
Las diré también cuando te deje o te vayas. 

Pero mientras...

No hay comentarios: