Me sentí observado en los ojos de tu madre, me bebiste con ansia sin razón.
Te enseñaron palabras y aprendiste a a llamarme.
Escuche que me cantabas y buscabas entre muros fríos y me sentí grande.
Me colgaste milagros y creaciones, me adueñé del universo, de tus pasos, de tu voz y tus miedos.
Me escondiste y me negaste. Tiraste las imágenes que tu dibujaste.
Me manchaste con tu lengua y la de otros.
Casi desaparezco.
Tomé otro color y otro ritmo.
Me escondí en tus vicios y hasta en tus gemidos.
Volviste a mi para maldecirme,
para pedirme ayuda.
Volviste.
No me nombras pero aquí sigo.
Aunque no me nombres aquí sigo:
Como tu.
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